Me gusta beber menos café y beber agua de limón y leche de cúrcuma.
Una taza de café matutino por la mañana es la energía de la vida. Mucha gente dice que les aclara la cabeza y les hace sentir mejor. Por otro lado, algunas personas dejan de tomar café o reducen la cantidad que beben por diversas razones. El componente de cafeína en el café puede causar ansiedad y nerviosismo, problemas digestivos y dolores de cabeza. El medio estadounidense de salud ‘Healthline’ ha presentado ‘cuatro bebidas que se pueden beber en lugar de café’.
1. Jugo de limón
También es bueno empezar el día con un vaso de agua de limón (limon water) por la mañana. Los limones son bajos en calorías y cafeína y son ricos en vitamina C. La vitamina C, un antioxidante, juega un papel importante en el sistema inmunológico. Protege la piel del daño solar. Produce colágeno, un tipo de proteína, que proporciona la estructura básica para la piel, los tendones y los ligamentos. Un vaso de agua de limón mezclado con 1 taza (237 ml) de agua fría con el jugo de medio limón (1 cucharada o 15 ml) aporta el 10 por ciento de la cantidad diaria recomendada de vitamina C. Pepino, lima, sandía, albahaca, menta, etc. agregan un sabor distintivo. El agua de limón hidrata y aumenta los antioxidantes para ayudarlo a comenzar el día fresco.
2. Leche con cúrcuma
La leche de cúrcuma es un sustituto del café descafeinado. La leche caliente de cúrcuma contiene especias energizantes como el jengibre, la canela, la cúrcuma y la pimienta negra. Otros aditivos comunes incluyen cardamomo (una especia obtenida de las semillas de una planta de la familia del jengibre), vainilla y miel. La cúrcuma agrega un hermoso color dorado. La curcumina tiene poderosas propiedades antiinflamatorias. La pimienta negra aumenta tu capacidad de absorber la curcumina. Para una buena bebida de leche de cúrcuma, combine 1 taza (237 ml) de leche o sustituto de leche en una cacerola con 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo, 1/4 de cucharadita de canela, 1/8 de cucharadita de jengibre, agregue el polvo y una pizca de pimienta. También puedes agregar miel. Caliente esta mezcla a fuego bajo a medio-alto. Revuelva con frecuencia para evitar que se queme. Después de calentar, verter en una taza y beber.
3. Matcha.
Matcha se hace al vapor, secando y moliendo hojas de té verde hasta obtener un polvo fino. A diferencia del té verde preparado, te comes la hoja entera. Por este motivo, está en el punto de mira como fuente de antioxidantes concentrados como el galato de epiglucatequina (EGCG). Los estudios demuestran que beber té verde y matcha reduce el riesgo de presión arterial alta. Aunque el estudio utilizó extracto de té verde, el contenido de catequinas (un tipo de polifenol relacionado con la acidez del té verde) es comparable al que se encuentra en una taza de té matcha. El té verde también ayuda a reducir el peso y la grasa corporal y reduce el riesgo de diabetes tipo 2. Macha tiene un sabor fresco. Algunos dicen que tiene un sabor terroso.
Para obtener matcha, cuele 1-2 cucharaditas de polvo de matcha a través de un colador de malla fina en un recipiente de cerámica. Agregue agua tibia que no hierva. La temperatura del agua debe estar entre 71 y 77°C. Revuelva lentamente hasta que el polvo se disuelva, luego revuelva. Cuando se forma una espuma ligera, se puede comparar con una cerilla. Agrega 1 taza (237 ml) de leche al vapor o sustituto de leche para hacer un matcha latte cremoso. Matcha contiene más cafeína que el té verde. La cantidad adecuada para una taza de té matcha varía ampliamente, de 35 a 250 miligramos por taza. Es importante beber teniendo en cuenta la cantidad total de cafeína.
4. Kombucha
La kombucha se elabora fermentando té negro con bacterias, levadura y azúcar. Contiene probióticos, ácido acético y antioxidantes que son beneficiosos para la salud. Los estudios muestran que la kombucha puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar los niveles de colesterol y azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2. Sin embargo, beber demasiado puede causar efectos secundarios como indigestión, acidez estomacal y dolores de cabeza. Las personas con problemas digestivos, como las personas con cáncer de esófago, deben evitarlo.